Cómo elegir las grasas de calidad en nuestra dieta

Uno de los nutrientes más temido en toda dieta, sin duda son las grasas. La creencia popular sobre las grasas es que su consumo hace que engordemos y nos llevan a contraer enfermedades como la hipertensión o la diabetes.

Pero en realidad, no es posible eliminar al 100% el consumo de grasas en nuestra dieta, ya que esto sería perjudicial para nuestro organismo. Las grasas no las puede segregar nuestro organismo y son necesarias para algunas funciones vitales de este.

 

¿Qué funciones tiene la grasa en nuestro cuerpo?

La grasa es un macronutriente esencial en nuestro cuerpo, se encarga de aportar parte de la energía que necesitamos para desarrollar nuestro día a día, además también nos aporta vitaminas, entre otras funciones.

Energética

Las grasas son una reserva de energía en nuestro cuerpo, además de que contribuyen a parte del aporte diario de energía necesario para nuestra actividad diaria, de forma concentrada: nos aporta más energía en relación a su peso.

Estructural

Las grasas están presentes en nuestro sistema nervioso, cubriendo y protegiendo nuestros nervios.

Hormonal

Las hormonas necesitan de las grasas para formarse y poder llevar a cabo sus funciones, ya que es esta misma la que las transporta alrededor de nuestro organismo para que lleguen a hacer su función.

Aislante

La grasa es la encargada de envolver y proteger a nuestros órganos y a nuestro cuerpo en general, en ambientes fríos o temperaturas más extremas para que mantengan su temperatura.

Vitaminas

Las grasas contienen vitaminas A, D, E y K, además son las encargadas de conseguir que nuestro cuerpo las absorba y transportarlas a través de él.

 

Problemas que generan las grasas en nuestro cuerpo

Como decíamos al principio, la grasa es una de las más temidas en nuestra dieta, y aunque también nos aporta muchos beneficios, además de que sin ellas nuestro cuerpo no podría funcionar, puede ocasionarnos también muchos problemas y enfermedades.

El problema de la grasa es cuando no se equilibra el consumo de grasa con nuestra actividad diaria. Se sobre almacena esta grasa en el tejido adiposo, que se encarga también de segregar sustancias que ayudan a regular este almacén de energía de nuestro cuerpo.

Si este almacén, o tejido adiposo almacena demasiada grasa esta sustancia pasa de ser gestora de la grasa a transformarse en una sustancia inflamatoria que es la que causa problemas en nuestro organismo.

Otros de los problemas derivados de un excesivo almacenamiento de grasas en nuestro organismo son los problemas en el sistema cardiovascular, como la hipertensión o problemas más graves como infartos.

En los últimos años, se ha conocido por numerosos estudios, que el exceso de grasa también puede generar problemas como la depresión, que es cada vez más común en nuestra sociedad.

 

¿Qué grasas debemos consumir?

En el equilibro está el éxito, en este caso también. Debemos tener en cuenta las grasas que consumimos, pero también es importante equilibrar las grasas que consumimos con la actividad diaria de nuestro cuerpo.

Hay varios tipos de grasas, en los alimentos que consumimos:

Grasas saludables

Monoinsaturadas, poliinsaturadas y Omega 3

Grasas no saludables

Saturadas o trans.

 

Las saludables las encontramos en alimentos como el pescado, las nueces, en el caso del Omega 3, que son ácidos grasos necesarios para la salud de nuestro corazón. Otros alimentos que nos aportan grasas saludables son el aguacate, aceite de oliva o las olivas, manteca de cacahuete o maní, semillas como las nueces, las almendras…

Las grasas saturadas o trans, las encontramos principalmente en los alimentos de origen animal, pero en la actualidad con las comidas preparadas o precocinadas encontramos las  grasas trans. Estos alimentos son carnes rojas, lácteos, patatas fritas o comidas fritas. Estas grasas las debemos evitar porque contienen altos niveles de colesterol malo.

 

En el Asador City Wok de Tarragona procuramos que nuestros platos sean lo más saludables posible para que nuestros clientes puedan mantener una dieta equilibrada y seguir disfrutando al máximo del placer de comer.